Hoy diremos algunos trucos sencillos para ahorrar en la factura de la luz, cosa que a todos nosotros nos interesa mucho.
- Frigorífico: en primer lugar, debemos asegurarnos de que la nevera está plenas condiciones de funcionamiento, ya que su estado nos puede suponer hasta el 25% de la energía consumida. Acciones tan simples como no dejar la puerta abierta más tiempo del necesario, asegurarnos de que hemos cerrado bien la nevera o controlar que la temperatura es la adecuada aliviarán nuestro bolsillo. Además, debes saber que introducir alimentos excesivamente calientes incrementa el «esfuerzo» del frigorífico por enfriar y consume más. Otras acciones serán mantener el aparato en óptimas condiciones de funcionamiento (limpiar las bandejas, descongelarlo dos veces al año...) o, en el caso de estar pensando en comprar uno nuevo, fijarnos en el etiquetado energético (los clasificados con las letras A,B y C son de bajo consumo; D y E de consumo medio, mientras que las letras F y G implican frigoríficos de alto consumo energético).
- Televisión: ya sabrás que apagar el botón del televisor antes de ir a dormir (el dichoso «stand by») eleva el consumo de forma importante, pero aún hay muchos hogares que olvidan esta económica costumbre. Si no lo haces, no se tratará de un olvido tonto, sino caro: un televisor en «stand by» consumirá tanta energía apagado como un ordenador a pleno rendimiento. La televisión es otro de los aparatos eléctricos que más gastan, sobre todo por el elevado número de horas que permanecemos frente a la «caja tonta». Está claro que ver menos la tele ahorra, pero si no puedes evitarlo, puedes llevar acabo acciones como bajar la iluminación para consumir menos. Además, si compras una televisión nueva deberías saber que aquellas que incorporan tecnología LED consumen un 25% menos que las LCD y hasta un 40% menos que las pantallas de plasma.
- Lavadora: consume un 11,8% de la energía. Trucos tan sencillos como no ponerla a media carga, sino llena, utilizar el programa de lavado en frío siempre que podamos y optar por ciclos de lavado cortos nos ayudará, además de a ahorrar energía, a consumir menos agua.
- Horno y vitrocerámica: adquirir ciertas costumbres a la hora de cocinar también pueden salvar nuestra factura. En lo que a la vitrocerámica se refiere, debemos saber que cuanto más pequeño sea el recipiente utilizado menos energía consumiremos. También ahorraremos energía tapando los recipientes de cocción, apagando antes de tiempo ambos electrodomésticos para aprovecharnos del calor residual al finalizar la preparación, no abriendo la puerta del horno antes de acabar la cocción, utilizando recipientes de fondo grueso (reparten mejor el calor). Además, en la medida de lo posible es aconsejable utilizar el microondas para calentar la comida, pues este electrodoméstico requiere de menos tiempo para preparar los alimentos.
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